Sísifo y Piti
(Derrochando amor incondicional. La mejor manera de vivir. ++ Este es mi envío n.º 175 de Cuento Cosas).
✏ Desde mi escondite
Hoy escribo desde Barcelona. Mail programado desde hace varios días, porque cuando tú estés leyendo esto, yo estaré de resaca de una boda que me hace muchísima ilusión y de la que tengo muchas ganas.
Traigo de nuevo invitado, esta vez más especial que nunca. Pasen y lean.
☕ Cotidianidades Extraordinarias
Me ha dicho Mónica que escriba algo. Y la verdad… no tengo mucho que contar. Pero sí me apetece hablaros de alguien: de mi hermano.
Se llama Ramón, pero también le puedes decir Piti, Mon, Pitusqueiro, Yosise, Chiquitín, Gradullón… tiene tantos motes como formas de hacernos reír.
¿Y por qué quiero hablar de él? Pues mira. Mi hermano tiene síndrome de Down, y me apetecía aprovechar esta oportunidad para decir que nunca he conocido a alguien con una voluntad tan limpia, tan fuerte y tan generosa como la suya.
Siempre digo que hace “pocas” cosas, no porque no sepa, sino porque no se pierde en estar a mil historias como los demás. Él elige una, y la hace con el alma. Lo que hace, lo hace mejor que nadie. Con la voluntad de un guerrero.
La verdad es que no lo tiene fácil. Y no por culpa suya. Muchas veces es la sociedad la que le pone obstáculos. Les cuesta verlo como una “persona normal”. Donde no le ponen límites a nadie, a él sí se los ponen. Como si hiciera falta protegerlo de todo… cuando en realidad solo hace falta mirarlo sin prejuicios.
Y, sin embargo, ahí está él:
Capaz de tener un pabellón entero bailando a su ritmo.
Capaz de ser el responsable de unas instalaciones donde entrenan más de 600 niños.
Capaz de que lo llamen los jugadores del Unicaja antes de un partido importante, solo para que Mon —así le llaman en el mundo del baloncesto— les dé suerte.
Pero eso sí: si un día comete un error, ahí estamos para recordárselo, para sacarle doble falta intencionada, dos tiros libres y balón para el contrario.
Como si no tuviera derecho a equivocarse.
Como si los demás no metiéramos la pata a diario.
Pero él sigue ahí, con su sonrisa, haciendo siempre lo que toca.
Cumpliendo, sin liarla, sin quejarse.
Y yo, mientras tanto, ahí voy con mis tonterías, con mis dramas, mientras él, con su alegría, sigue pa’lante.
Y ahora es donde debería acabar esto con una moraleja, una frase de esas de crecimiento personal. Pero no. No va de eso. Solo va de dejar por escrito que, Piti, te quiero mucho. Muchísimo. Y gracias por ser un espejo donde mirarme.
Las moralejas se las dejo a otro.
Yo, prefiero acabar, como dice Carolina Durante: Sísifo me come la p***a.
+
+
+
+
Vaya final, ¿eh?
Bueno, ya sabes que aquí se escribe sin tapujos y sin complejos.
Cuando se lo dije a A., el autor del escrito de arriba y mi malagueño favorito, guapo y estupendo, me soltó:
—Si quieres, pongo algo de Mr. Wonderful.
Quita, quita, mucho mejor Sísifo y Carolina Durante.
Hace semanas que lo voy tanteando para que escriba por aquí. Ya casi había perdido la esperanza. No le puedes presionar. Tiene su ritmo, en cierta manera, igual que Piti.
Pero de repente, me dijo:
—Ya lo tengo escrito.—Pum.
Poco más puedo añadir a lo que cuenta de su hermano. Yo hace poquito que estoy en su vida (o él en la mía), pero suscribo cada palabra.
Al principio, A. me advirtió:
—A Piti, o le encajas a la primera o te pone la cruz.
Conmigo fue un poco arisco, totalmente comprensible, hasta que un día se equivocó, me llamó por otro nombre, se descojonó… Y ahí se abrió la veda para cachondearse de mí a gusto.
Piti es dulce, leal, cariñoso y muy divertido. En El Palo lo conoce todo el mundo, y lo quieren bien. Y con razón.
Además de currar como un campeón, hace fotos, pendientes de ganchillo, macramé, bailes en TikTok. Y todo con alegría. El más currante de su familia. Sin duda.
Podría darnos más de una lección a todos. Unas cuantas, de hecho.
De A. también podría hablar largo y tendido. Pero no quiero que esto se convierta en un homenaje a los hombres de mi vida, que lo merecerían, pero hoy me quedo con este pequeño regalo que le ha hecho a su hermano. Tierno, sincero y sin pudor.
Si la semana pasada te decía que les dijeras a los tuyos que les quieres y se lo demostrases a tu manera, hoy te digo que Ale y Piti se requetequieren y se lo demuestran mutuamente, cada uno a su estilo. Y es un gusto verlo, te lo juro.
También te cuento que A. ha empezado a escribir. Y a hacerlo público. Y eso me encanta.
Porque cuando una persona saca lo que lleva dentro y lo pone sobre papel o teclado, algo se activa. Algo se ordena. No hace falta que sea perfecto, ni que esté pensado para publicar.
Escribir es expresarse, soltar, querer, entenderse. A tu manera. Con tu voz.
Y no solo es liberador. También es una forma muy poderosa de comunicar lo que haces. Cómo lo haces. Para qué lo haces.
Puede que lo que escribas se quede en tu libreta. O puede que lo conviertas en contenido que te ayude a conectar con tu público.
Si lo tuyo va por ahí —si quieres contar lo que haces de forma honesta, con personalidad y estrategia—, yo puedo ayudarte.
De dos maneras:
Tú escribes (lo que sea) y yo reviso, corrijo y mejoro a tus textos sin que pierdan tu estilo.
O me cuentas qué quieres transmitir, y lo escribo yo por ti. Desde cero. Con foco en el objetivo.
Así lo hicimos con la web de A. Una web que ya te enseñé hace un tiempo, y que refleja con fidelidad quién es, cómo trabaja y qué le importa. El texto habla de él, aunque lo haya escrito yo.
Te cuento esto porque esa web ha funcionado muy bien. Por destacar entre las de los profesionales de su sector, por ser fresca, cercana y diferente. Y por reflejar fielmente cómo es y trabaja él, lo que le ha dado más credibilidad (si cabe) y le ha traído nuevas marcas.
Eso es lo que busco cuando te hablo de que tus textos conviertan: no solo que reflejen tu realidad e informen, sino que impacten, emocionen, convenzan y hagan que pasen cosas.
Ya sabes, escribo para que pasen cosas positivas en los negocios. Pienso en serio y cuento en sencillo. No hay más.
☘ De remate
No te vayas sin esto:
P.S. La web de Alejandro, por si no la has visto y quieres brujulear. Nos falta añadir la nueva supermarca con la que acaba de firmar.
P.S.2 Si quieres leer alguna de sus crónicas de viajes en su autocaravana, puedes hacerlo aquí, en sus Diarios en Ruta.
P.S.3 Si te está picando el gusanillo, te animo encarecidamente a que empieces a escribir. Y si te cuesta, ya sabes que yo te ayudo. Por aquí.
P.S.4 Piti, si por un casual llegas por aquí, te mando un besazo.
✔ Trucos, trastos y algo más
Hoy elige mi invitado. Es el rey de los gadgets, la tecnología y los trastos. El primero en enterarse de las novedades y mi recomendador favorito de casi todo. Cuando está en su autocaravana podría vivir con lo puesto, pero tiene el radar en todo. Déjate seducir por lo que nos trae:
Desempolvar un tocadiscos del trastero. Lo tengo desde hace casi 40 años. Y hace unos meses, aprovechando una reforma que hice en casa, lo rescaté. Ahora tiene un lugar protagonista en el salón, junto a mis viejos vinilos, que también ocupan su puesto de honor. ¿Tenéis un tocadiscos de cuando solo escuchábamos singles o LPs? Recuperadlo, ponedle unos buenos altavoces y a disfrutar.
Algo más…
También es una recomendación de A., buen lector.
La península de las casas vacías, un libro que habla de la Guerra Civil, mezclando historia y realismo mágico para hablar de una familia rota, un pueblo deshabitado y un territorio que se va quedando sin alma. Todo ocurre en Jándula, un lugar ficticio, pero inquietantemente reconocible (tanto, que tengo una amiga que nació allí…)
🫢 Palabras Improbables
Cada semana, una palabra común con un significado que no esperabas. Inspirado en Verbolario de Rodrigo Cortés, porque el lenguaje siempre tiene sorpresas.
Esta le encanta a mi invitado :)
Procrastinar, v. tr. Abordar hoy, sin excusa ni demora, lo que debería llevar un mes hecho.
📷 La imagen
Por supuesto, una foto de Piti y A., contentos y celebrando, como les gusta hacer.
→ Si has llegado aquí por casualidad y quieres recibir más mails como este…
→ ‘Compartir es vivir’, así que, si te ha gustado este email, compártelo con alguien a quien creas que también le va a gustar.
→ ¿Quieres contarme algo? Avanti….
Bravo! siempre miro qué puedo hacer por los demás, nunca qué pueden hacer los demás por mi. Me has recordado mi época de vivir por y para el deporte, antes de ponerme a vivir con un “trabajo serio”, y en esa época maravillosa tuve la oportunidad de compartir con personas downs, parapléjicos y personas sin brazo, sin piernas, con algunos trastornos graves, pero nunca fui tan agradecido de todo lo que me daban, aunque fuera yo el que enseñara, a remar, a nadar, a navegar, ellos me transmitían unos valores inigualables (el mejor chiste de discapcitados me lo explicó un amigo de CdF que no tenía la mitad de los brazos, era genial, nunca le vi triste, siempre estábamos maquinando que organizar para hacer deporte, ya te loneplicaré en persona, si no se va ha hacer eterni, y es mejor unas risas cara a cara), sigo, si, seguramente por sus condiciones, pero yo siempre les he visto como yo, y si, no lo tienen fácil en la sociedad en la que vivimos, siempre competitiva, nunca inclusiva, por lo que admiro su iluson , sus ganas, su transparencia, quizás gracias a ellos soy optimista, y todos los días procuro que sea un gran día, mejor que ayer, con actitud, con ilusión, por que tenemos tanto que agradecer, tanto por no quejarnos, tanto por aprender. Gracias Mónica por compartir esta experiencia maravillosa!!!
Precioso texto, maravilloso A. Me quito el sombrero con Piti, ojalá como sociedad tuviésemos la mirada tan limpia como la suya.