O despiertas al monstruo que llevas dentro, o el monstruo seré yo.
(Porque los monstruos buenos, talentosos y estupendos existen, ¿lo sabías? // Este es mi envío n.º 142 //).
✏ Desde mi escondite
Hoy escribo desde casa. Esto debería ser lo común (que no normal), aunque parece que, últimamente, la vida me pide movimiento. Y quién soy yo para decirle que no.
♫ Cuéntame al oído
Aquí tienes el audio por si eres más de escuchar que de leer. Los loros que oyes de fondo no es porque esté en el Caribe, son las cotorras de Montjuic.
☕ Cotidianidades Extraordinarias
Déjame contarte un caso rápido.
Un cliente que solía enviar correos que apenas recibían respuestas me pidió ayuda. Después de analizar su estrategia, le he sugerido unos pequeños ajustes en su manera de redactar. Y algunas propuestas de mejora en la estructura de sus mails, así como un enfoque centrado en la persona que lee (el famoso cliente ideal).
Ha aplicado estos cambios y… El resultado ha sido sorprendente: ¡sus tasas de apertura y respuesta se han disparado!
¿Qué ha cambiado? Simplemente, ha aplicado una estructura más efectiva y algunos trucos para apuntar directamente a lo que su cliente puede necesitar.
También ha aprendido a usar las historias para explicar aquello que puede ofrecer. Y a hilarlas con el objetivo de cada mail.
Y a dejar de irse por las ramas.
Parece fácil, ¿no?
No te voy a decir que siempre lo sea. Depende de unas cuantas cosas:
Si te gusta escribir y pones consciencia en hacerlo para vender (o para conseguir el objetivo que te hayas propuesto)
Si conoces bien a tu cliente ideal (sus necesidades, anhelos, objeciones…)
Si entiendes lo que tu cliente necesita y sabes ofrecérselo.
Si eres honesta, clara y directa en tus comunicaciones.
Si usas un lenguaje entendible que no sea técnico y rebuscado.
Si además de informar, entretienes a tus lectores y haces que se lo pasen bien leyéndote (sí, sí, esto es importante)
Si…
Hay más factores que influyen en que un mail funcione o no.
Si no tienes la mayoría de los que he citado, es bastante complicado que tenga éxito.
Aunque tienes otra opción: Que yo escriba por y para ti.
Yo sí tengo controlados esos factores, y los aplico cuando redacto mails con objetivos concretos.
—Mmmmm, no sé. Nunca he trabajado contigo.
Tranqui, tengo una opción que te irá como anillo al dedo:
Despierta al monstruo que llevas dentro.
Es un servicio en el que yo te escribo un primer mail. Ese mail. Para que pruebes, y veas si funciona.
Antes de que yo lo redacte, hablamos largo y tendido, por supuesto. Y te hago preguntas. Bastantes. Tengo que saber quién eres, qué haces, cómo lo haces y como te comunicas con tu público.
Este trabajo de investigación es superútil para mí, para conocerte mejor (como la abuela de Caperucita) y para ti, para reflexionar sobre tu negocio y hacerte ciertas preguntas que también pueden resultarte muy valiosas.
Después, yo escribo el mail para ti. Y tú lo envías. Y vemos qué pasa…
Porque pasarán cosas, seguro.
A partir de aquí, tú decides si sacas al monstruo que llevas dentro y escribes tus mails con alegría o, si lo prefieres, puedo seguir haciéndolo yo, si has decidido que escribir no es lo tuyo.
Y así, el monstruo seré yo.
Chimpún.
Es una manera fácil, rápida y asequible de probar y empezar.
Mira con detalle en qué consiste el servicio y decide cuándo vas a empezar a enviar mails memorables.
☘ De remate
No te vayas sin esto:
P.S.: Enviar solo un mail NO es una opción. Bueno, puede que lo petes con el primero, pero si no continúas comunicándote con tus clientes, al final, se olvidarán de ti.
P.S.2: Sé lo que estás pensando… ¡Tenemos las bandejas de entrada a reventar! Y sí, es verdad, aunque te confirmo que el email marketing sigue funcionando bien.
P.S.3: Por eso, porque funciona, en breve voy a subir el precio de este servicio. Y no te voy a ametrallar con urgencias, deadlines y correcorrequetepillo. En pocos días, subo el precio y ya está. Porque el trabajo que supone y los resultados que obtienes, son la pera limonera, comparado con lo que cuesta. En el botón de arriba.
✔ Trucos y trastos
Me comenta una clienta que acaba de regresar de un international summit, que lo que se lleva ahora son las tarjetas de visita digitales. Intercambiarlas a través de un código QR y le puedes meter toda la información que quieras.
Total, me bajo la app y aquí tienes la mía. La versión gratuita es un pimpam, aunque si la quieres más corporativa, con tus colores y tal, tienes que subir a la versión pro.
Es una buena alternativa a llevar las tarjetas de visita encima. Que no sé a ti, pero a mí se me olvidan siempre.
→ Si has llegado aquí por casualidad y quieres recibir más mails como este…
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