Hagamos más caso a los clásicos y enseñemos divirtiendo.
(Fueron grandes mentores y nos han dejado cosas sin las que yo, por lo menos, no concibo la vida. // Este es mi envío 131 //).
✏ Desde mi escondite
Hoy te escribo desde Málaga. En la montaña, pero con vistas a un mar precioso. Y con calor, bastante calor. Tengo que reconocer que desde aquí se trabaja de otra manera…
⏻ Cuéntame al oído
Como ya ves, hay algunos cambios, así que te recomiendo, especialmente hoy, que escuches el audio.
☕ Cotidianidades Extraordinarias
Un poco estoicos, un poco cínicos y un poco epicúreos.
Así es como dicen los clásicos que deberíamos ser.
O, dicho de otro modo, conservadores de costumbres, liberales de ideologías y anarquistas de tendencias.
Esta frase, en realidad, es de Emilio del Río.
Emilio es escritor de varios libros que hablan sobre la época de los romanos (él dice que perpetra libros). También es activista por las humanidades clásicas (bonito, ¿no?).
Le escuché en un pódcast, hablar sobre los clásicos. Con una intensidad y una pasión que hizo que a mí, que no sé casi nada de Virgilio, Homero, Séneca y compañía, se me contagiara esa ilusión por saber y por conocer.
Si lo brujuleas en Google, vas a flipar. Un tipo serio que ha estudiado en Oxford y es profesor en la Complutense, además de haber tenido varios cargos importantes y que, sin embargo, le pone su jeto a sus libros, se disfraza de romano para promocionarlos y da los buenos días en las redes sociales dirigiéndose a ‘mis corazones’.
Muy fan.
Además de saber mucho y contarlo con muchísimo fervor, hace reflexiones muy interesantes sobre los romanos que, ya hace miles de años, nos daban lecciones de vida que pueden aplicarse perfectamente en la actualidad.
Su presencia está tan viva en nuestros días, que ni siquiera nos damos cuenta. Estamos rodeados de referencias romanas. Nos han dejado cosas tan importantes como el disfrute de la vida o el vino y las tabernas.
Si me conoces un poco, dime tú… ¿Cómo no voy a ser yo romana?
También son los padres del derecho, el latín, la arquitectura y el urbanismo, la literatura y el humor.
El humor. Algo sin lo que los clásicos no concebían su vida. Y algo sin lo que Emilio no concibe sus libros. Aplica el humor en ellos de forma inherente. Y a mí eso, me chifla.
Dice que si los autores clásicos son divertidos, cómo no va a serlo él. Compartió un año de universidad en Oxford con Rowan Atkinson, Mr. Bean para los amigos. Eso tiene que marcarte, ¿no?
En su libro ’Calamares a la romana’, narra historias de la vida cotidiana de los romanos. Que, aunque hicieron grandes cosas para la posteridad, también tenían historias sencillas que, bien contadas, resultan de lo más interesantes.
Inciso. No sé si has visto ‘La vida de Bryan’, la peli de los Monty Python, del año 79. Una sátira brillante con historias cotidianas, contadas con un humor maravillosamente inteligente.
Los clásicos, Emilio del Río y te diría que yo misma, defendemos lo de ‘enseñar divirtiendo’. Ojalá hubiera más gente pensando así y contando las cosas (las que sean) de forma divertida y amena.
Todo sería un poco mejor, ¿no?
Yo procuro usar el humor siempre que puedo. En mis textos, por supuesto, pero también en los de mis clientes. Para darles un tono más distendido, más cercano, más amable. De esta manera, el mensaje llega mejor y más profundamente a sus destinatarios.
¿Tú usas el humor en tus comunicaciones?
Hazle caso a los clásicos: enseña divirtiendo. Y entreteniendo a tus clientes, mientras les explicas todo lo que puedes hacer por ellos.
¿Te ayudo? Se me da bastante bien. Pásate, que te muestro.
Volviendo al inicio de esta carta, no quiero dejar de compartir contigo que suscribo a los clásicos: soy estoica en el plano profesional, anarquista de tendencias (ahora el cinismo tiene otro significado) y muy, muy epicúrea en el plano personal. Me parece una combinación fabulosa.
☘ De remate
No te vayas sin esto:
P.S. Aquí el pódcast, por si te apetece aprender bastante sobre los clásicos, contagiarte de la pasión de Emilio y reírte un rato.
P.S.2 Hace poco regalé el libro ‘Meditaciones de Marco Aurelio’, que te recomiendo mucho, porque todas sus reflexiones son perfectamente válidas hoy en día. También te recomiendo la peli The Holdovers, en la que el profe de latín, también regala este libro.
P.S.3 Para comunicar con un poco de estoicismo, un poco de cinismo y un mucho de epicureísmo, es AQUÍ.
✔ Trucos y trastos
Esto es nuevo. En este apartado final, te comparto algún truco, herramienta o recurso que creo que te puede ser útil, y te puede ayudar en tu negocio, en su comunicación o en tu vida.
LanguageTool: Mucho más que un corrector ortográfico. Para los que escribimos asiduamente (y para todo el mundo, en realidad), es perfecto porque no solo corrige ortografía y gramática, sino que te sugiere frases y expresiones, cuenta palabras… Maravilla, en serio.
He empezado a usar la app Diario (solo para iPhone), que sirve para lo que su nombre indica, y puedes añadir fotos, vídeos y audios para que cada entrada esté lo más ilustrada posible. Un ejercicio muy recomendable, tanto si escribes habitualmente, como si no.
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Mònica! He leído tu post asombrado, y hoy no sólo porque sea un gusto leerte, sino porque mi post de mañana se llama "Soy romano de religión". No tengo costumbre de hacer spam en casa ajena, pero échale un ojo si sacas un hueco, recoge la misma idea de la que hablas aplicada a las religiones.
Un beso!