Esto va de aprender a vivir
(Que es una muy buena manera de afrontar estos tiempos convulsos. // Este es mi envío n.º 147 //).
✏ Desde mi escondite
Hoy escribo desde casa, en Barcelona. Otro pitstop. Parece que vivo con la maleta a cuestas. Y me encanta. Ya recuperé mis cosas olvidadas en el avión.
Work in progress
Aquí te pongo un poco al día de lo que tengo entre manos a nivel profesional. Para que vayas viendo en qué ando:
Ultimando una web que me encanta, empezando otra que estará para comérsela, escribiendo sobre finanzas, experiencias de compra en el retail y sobre la importancia de la circularidad en la edificación.
☕ Cotidianidades Extraordinarias
Esta semana me ha costado mucho escribir este mail.
Incluso he dudado de si hacerlo o no.
Se me ha hecho bola.
No porque no tenga cosas que contar, que las tengo. Igual que tú. Igual que todos.
Pero con todo lo que ha pasado estos días, me he visto sobrepasada por un montón de textos, sobre todo en las redes (y mira que casi no las uso).
Textos de condolencia, de dolor, de apoyo, de condena, de yoquesé.
No voy a ser yo la que diga que no hay que hacerlo. Cada uno que haga lo que le nazca.
Y sin quitarle ni una pizca de gravedad al tema ni de reconocer que es una desgracia, me ha parecido exagerada la reacción de algunas personas.
Personas que nunca publican nada y que esta semana han escrito unas parrafadas que, lejos de parecer sentidas y salidas del corazón, me han resultado (y ojalá sea solo mi punto de vista) impostadas y demasiado, llamémosle, oportunistas. Textos que parecía que buscaban obtener visibilidad, likes, atención.
Y leyendo todo eso, yo no digo que no haya que expresar empatía y voluntad de ayuda, pero a mí se me quitaron las ganas de escribir nada.
¿Cómo voy a contar una de mis movidas frívolas y quizás superficiales con toda la que está cayendo?
¿Debería escribir sobre la desgracia? ¿Sobre el miedo? ¿Sobre la pérdida?
Pues mira, no. No me sale.
Y más allá de que parezca un intento de justificación, sí necesitada contar por aquí que me he sentido superada y bloqueada para escribir.
Pero como me dijo alguien muy sabio, la vida sigue, hay que continuar con lo nuestro, cada uno con lo suyo, porque el mundo no se para. Solo nos da unos sustos monumentales de vez en cuando.
Y luego vi la serie “Yo, adicto”.
Le tenía ganas, por distintos motivos. La he visto del tirón, en dos días. Y me ha encantado. Por la historia, por los personajes, por el superpapelón que hacen todos y por el trasfondo brutal que tiene.
Porque como dice Javi Giner, su protagonista…
—Esto no iba de drogas. Iba de aprender a vivir.
Y así andamos todos, cada uno a su manera, aprendiendo a vivir.
No te voy a hacer ningún spoiler. Solo te sugiero que la veas. Tiene decenas de frases para enmarcar, escenas que te ponen los pelos de punta, y conversaciones que a mí me han reflejado mi propia vida.
Quizás me ha pillado en días flojitos. Aunque no escriba sobre ello, lo que pasa en el mundo no me puede dejar indiferente.
También he empezado a leer un libro que me está tocando la fibra más de lo que quisiera.
Y mira, al final, entre unas cosas y otras, una no es de piedra.
Así que hoy, esto va un poco de expresar emociones, de revolverme sobre mí misma y de pensar que… Qué suerte tenemos los que podemos seguir aprendiendo a vivir.
Tampoco te voy a vender nada. Por lo menos, directamente. Si me necesitas, ya sabes dónde encontrarme.
A seguir aprendiendo.
☘ De remate
No te vayas sin esto:
P.S. El post scriptum de hoy es otra frase de Javi Giner: “Yo, adicto, es un grito salvaje y radical a favor de la bondad, la empatía y comunicar las vulnerabilidades”.
Yo añado: Amén.
✔ Trucos, trastos y recomendaciones varias
Los dos imperdibles de hoy:
Yo, adicto, está en Disney +. También puedes leer el libro, yo no lo he hecho, pero no lo descarto. Una historia real en la que, aunque no tengas nada que ver con las drogas, te verás reflejado en algún momento. Te lo aseguro.
El libro que estoy leyendo es Los siguientes, de Pedro Simón. Si eres de mi quinta, se te va a encoger el corazón. Varias veces. Y es que el tío conecta y transmite a través de la escritura de una manera que ya me gustaría a mí. Maravilloso.
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