Cuando las X y las Z viajan juntas, pasan cosas.
(Cosas divertidas, inesperadas, cosas para contar. // Este es mi envío nº 134 //).
✏ Desde mi escondite
Hoy escribo desde Barna. Que estamos de celebración. El mayor de los teens cumple los dos patitos.
♫ Cuéntame al oído
Aquí tienes el audio por si eres más de escuchar que de leer. Spoiler: en agosto no creo que haya audios. Va a ser complicado grabar desde los territorios comanches o los paraísos perdidos donde probablemente iré a parar.
☕ Cotidianidades Extraordinarias
Hoy se viene chapita berlinesa.
Que ya avisé que estábamos de viaje, madres e hijos. Tres niñas y un chico, que merece mención especial por haber viajado con siete mujeres durante cuatro días y no haberse quejado ni media.
Berlín siempre es una buena opción. Es una ciudad en constante transformación. De hecho, poco tiene que ver con el Berlín que conocí hace 15 años.
15 años más joven, 15 años de evolución y de cambio. Berlín y yo. Yo y Berlín. Y todo hijo de vecino. Porque si en 15 años no cambias ni evolucionas, mal asunto, amigo.
Sobra decir que nos lo hemos pasado pipa. Viajar con jóvenes siempre es un subidón. Si, además, son inquietos, ingeniosos y divertidos, lo bordamos.
Y listos. Porque no es pasión de madre (y de amiga), que también. Pero es que estas cuatro personitas tienen un coco bastante privilegiado. Tienen criterio, ideas claras y una visión fresca y auténtica del mundo.
Cada uno con su estilo, con su esencia y con su propia identidad. De hecho, son muy distintos, pero tienen un buen rollo y una conexión que me hace sentir muy orgullosa.
Se han partido de la risa con nosotras. Las madres. Ay, las madres. También les hemos dado un juego tremendo.
Hemos pedido nipples en vez de napkins. Panerai en vez de Aperol. For drinking en vez de to drink… Nuestro inglés es lo que tiene, que nunca acaba de ser impecable.
Menos mal que ellos, los jóvenes, es un tema que tienen superado y dominado y nos han salvado de algún que otro marrón.
También les hemos hecho pasar vergüenza. Ajena, claro. En un chiringuito junto al Spree, tuneadas, bailando música electrónica y descojonadas de la risa por la miscelánea de gente y la nuestra propia. A nosotras, los años nos la van quitando, la vergüenza.
Hemos bebido cerveza, Aperol spritz y agua con gas casi a partes iguales. Y macha latte, para las más cool.
Hemos pasado un calor infernal. No imagino el sufrimiento de los berlineses, con esas temperaturas. Las bicis, el césped y los abanicos nos han salvado bastante.
Hemos caminado en silencio y con la piel de gallina entre los vestigios del muro, la Guerra Fría y el holocausto.
Hemos hablado y hablado sobre todo ello, con distintos puntos de vista y opiniones. Que me gusta debatir con criterio, caray.
Hemos hecho mucho de todo. Y ha sido genial.
Nos ha faltado irnos de marcha. Si eres de mi quinta, esto no te sonará raro. Para los chicos, no hay nada más boomer que irse de marcha. Pero, eh! No somos boomers, somos gen X. Puntualicemos.
Y hemos hecho muchas fotos. Cientos. Cada uno las ha hecho a su manera, con su estilo. Personas, edificios, paisaje, comida, detalles, selfis, postureos varios.
Si miras todas nuestras fotos, probablemente identificarías de quién son, por el estilo y la manera en la que están hechas. Y está genial que sea así.
Eso me ha hecho pensar. No solo en las fotos, sino en la forma de expresarnos y de comunicarnos que hemos tenido estos días. Cada una de nosotras (mmm… ¿Debería usar el femenino si éramos mayoría de mujeres? Melón para abrir), se expresa de una forma característica y bastante inconfundible. El tono de la voz, la risa, las expresiones, los gestos, la cadencia…
Todo eso la hace única, auténtica y distinta a las demás.
Lo mismo pasa en los proyectos y en los negocios. Cada uno de ellos tiene su idiosincrasia, su esencia, su ADN y su voz. Y cada uno una manera específica, única y característica de comunicarse.
Por ello es tan importante mantener esa diferenciación a la hora de expresar al mundo quién eres, qué haces, cómo lo haces y para qué lo haces.
Y que el mundo te identifique rápidamente, sepa que eres tú quien estás contado lo que haces o lo que vendes. Y que lo hagas de manera honesta, cercana y auténtica, para que puedas emocionar, cautivar y convencer a tu audiencia.
¿Sabes cómo se hace eso? Yo sí, porque escribo para que pasen COSAS POSITIVAS en los negocios.
¿Te ayudo?
☘ De remate
No te vayas sin esto:
P.S. “Sois madres. Pero sois muy guais”. Me quedo con esa frase de los Z. Y con que 8 personas de edades muy distintas hayan convivido en harmonía y con flexibilidad durante cuatro días.
P.S.2 Berlín es pintoresco y alternativo. Entras en H&M Boutique a comprarte un pantalón y te encuentras un jardín “secreto” donde tomarte algo y ser testigo de una pre-party muy glamurosa. Es el Mitte Garden.
P.S.3 ¿Quieres más sitios molones en Berlín? ¿Y de paso hablamos de tu comunicación? Escríbeme o contáctame aquí.
✔ Trucos y trastos
Runway Berlín es una herramienta que nos ha sido muy útil. Una especie de fast track gratuito que reservas antes de volar desde Berlín y que te ahorra toda la cola del control de seguridad. Que los berlineses, además de un poquito ariscos, son lentos de la leche.
Una de las cosas que nos han enseñado los chavales es a usar la cámara de Google Translator para traducir rápido desde el móvil. Ellos dicen que lo saben ‘desde siempre’. Yo lo acabo de descubrir. Muy útil para las cartas de los restaurantes en alemán, por ejemplo. No es una traducción perfecta, pero te saca del apuro.
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¡Qué gusto viajar con chavales así! Tengo una amiga que viajar con sus hijos adolescentes y dice que no hacen más que quejarse de todo y que no levantan la vista del móvil. Supongo que también influye lo que han visto en casa o la estimulación que se les ha dado respecto al mundo que los rodea.