Bocata de atún con aguacate, jazz japonés y velas. El plan.
(Cuando las vicisitudes de la vida hacen que una noche ordinaria se convierta en extraordinaria ++ Este es mi envío n.º 173 de Cuento Cosas).
✏ Desde mi escondite
Hoy escribo desde Barcelona. Tenía que estar en Málaga, pero ha sido una semanita muuuuy movida y no ha podido ser. El hombre (o en este caso, la mujer) propone y la vida hace lo que le da la gana. A veces, incluso te hace pasar por situaciones complicadas. Espero que sea para aprender. Así que vamos a echarle grandes dosis de aceptación y, si es posible, hasta un poquito de compasión.
☕ Cotidianidades Extraordinarias
—Estoy pensando en hacer un viaje solo. Unos días a París para escuchar jazz en directo.
Mi hijo pequeño es una caja de sorpresas.
Era lunes, el día del apagón. Los dos en casa, sin luz, sin wifi y sin móviles. Y sin poder cocinar.
—Mira, vamos a montarnos un plan. Cenamos, mano a mano, a la luz de las velas.
Habíamos logrado comprar (por los pelos) una baguette recién hecha en la panadería de la esquina y preparamos un bocadillo de atún, aguacate y tomate seco. Con un poquito de pimienta, aceite y sal. Fresas de postre. Un lujo.
—Yo pongo la mesa y la música.— Me encanta que tenga estos puntos.
Primero sonó rusowsky, para darle marcha al bocadillo, después pasó al jazz japonés y luego a João Gilberto. Me encanta ese disco.
—Jolín, menudos registros tienes, chaval. Pasas de Travis Scott a Ralphie Choo, te detienes en Radiohead y rematas con jazz brasileño o japonés... Y lo mismo con las lecturas: por fin ha retomado el hábito y después de Camus, se lanzó a Paul Auster y ahora está felizmente sumergido en una edición especial sobre Wes Anderson (no lo he visto nunca tan contento como cuando se lo regalé por Sant Jordi).
Un tipo ecléctico, simpático, ingenioso, encantador. Parece que sea mi hijo, ¿verdad? Ay, pasión de madre. Pero es que si no lo fuera, me parecería igual de maravilloso.
—Mamá, es que cuando he conseguido llegar de la Uni a Plaza Cataluña, he tenido que venir andando porque coger un bus era un acto heroico y una locura. La pena es que no llevaba la cámara encima, porque si no hubiese hecho unas fotos que lo flipas, bro.
—¿Bro? ¿Me has llamado bro? ¡Venga ya!
—Jo, perdona, se me ha escapado. Es que tú no has visto cómo estaba la Gran Vía.
Le temblaban las manos.
—¿No te impide hacer cosas ese temblor? (Recuerdo que yo, a su edad, tenía que esperar unos minutos antes de escribir para un examen, porque no lograba mantener fijo el bolígrafo).
—Claro, mamá. No puedo operar a corazón abierto.—Dale con meterme ironías finas.
Total, que cenamos divinamente, con música tranquila, comida rica y buena conversación. —Y ahora, vamos a leer un ratito a la terraza.
Me ha parecido el mejor plan del mundo.
Y mientras leíamos, pensé en lo fácil que es a veces hacer magia con lo que tienes a mano. Sin grandes medios. Sin luz, incluso. Una noche sencilla. Improvisada. Cargada de esas pequeñas cosas que no suenan a nada en mayúsculas, pero que convierten un día ordinario en extraordinario.
También pensé en eso que pasa también con los textos: cuando todo falla —o cuando todo parece plano—, puedes darle la vuelta con lo que tienes. Si le echas imaginación, sensibilidad y un poco de técnica, puedes transformar algo frío en algo entrañable. Como un texto generado con IA. Que sí, puede salirte resultón. Pero si lo coges tú —o alguien que entienda tu voz, tu humor, tu forma de mirar el mundo—, puede convertirse en algo con alma. Como esa cena improvisada que acabó pareciendo un pequeño banquete.
Y justo eso es lo que hago con mi nuevo servicio. Cogemos lo que tienes —lo que ya has escrito con una herramienta de IA o lo que estás a punto de escribir—, y lo afinamos hasta que suene a ti. No a una versión genérica de ti, sino a tu versión real. Esa que mezcla travesuras con reflexiones, ironía con ternura, profesionalidad con un toque de humor. O lo que sea que tenga tu tono y tu voz.
Hoy es el último domingo que te hablo de este servicio por aquí, así que si quieres echarle un vistazo, este es el momento: mira aquí de que va el tema, que la semana que viene ya me iré por otros derroteros.
☘ De remate
No te vayas sin esto:
P.S. Yo, con 20 años, ya había viajado un poco, pero nunca me planteé hacerlo sola. Aún hoy es algo que tengo pendiente. Me encanta haberles inculcado que deben ser independientes y buscarse la vida. A veces, demasiado.
P.S.2 Hoy te he contado una historieta del día del apagón. No quería frivolizar, ya sé que hubo gente que lo paso mal. Pero de esas historias van los medios saturados.
P.S.3 Para que tú no te satures ni te agobies con tus contenidos, dale al botón rojo, verás que puedo solucionarte varias papeletas.
✔ Trucos, trastos y algo más
Aquí tienes los dos álbumes que escuchamos esa noche. Para tus veladas románticas o para lo que te dé la gana.
Y prefieres algo más actual, aquí los amigos rusowsky y mi querida Judeline.
🫢 Palabras Improbables
Cada semana, una palabra común con un significado que no esperabas. Inspirado en Verbolario de Rodrigo Cortés, porque el lenguaje siempre tiene sorpresas.
A propósito del apagón:
Luz, f. Agente físico que desbarata la oscuridad y sirve de soporte del entendimiento.
📷 La imagen
Esta foto de hace unos días con el susodicho. No pensamos en inmortalizar nuestra cena romántica a la luz de las velas. Es más, al día siguiente casi ni echábamos de menos los móviles.
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