#95| Si no sale, no sale. Y un pullover amarillo.
Hoy casi no sale este mail.
Quiero decir, que he estado a punto de no enviarlo.
Porque no tenía nada escrito. Ni nada pensado. Ni tiempo para hacerlo.
Bueno, a veces pasa. No me voy a fustigar por ello.
Es verdad que siempre digo que la constancia es una de las cosas más importantes a la hora de comunicar un proyecto.
Perseverar, perseverar y perseverar.
Aunque a veces cueste. Porque no sabes qué explicar. O no estás inspirado. O no tienes tiempo (añade aquí la excusa que suelas usar).
Casi todo suele pasar por encima de la comunicación.
¿Error?, yo creo que sí.
Nos surgen mil cosas urgentes (que no siempre importantes) y nos olvidamos de comunicar.
Si es una vez, no pasa nada, cierto. Pero no hay que caer en la tentación. Porque la reiteración puede convertirse en desidia. Y eso sí que no.
En fin… que hoy podría haber pasado de enviar el mail, porque realmente no era sostenible para mí.
Al final he decidido mandarlo, sobre todo, por un compromiso conmigo misma. O por no romper el ritmo.
Yoquésé. Aquí está.
Aunque hoy no haya historia.
Iba a contar una sobre un tipo con un pullover amarillo que conocí hace poco en una fiesta.
¿Pullover? ¿Se dice así? Suena a viejuno. Sí, pullover.
Un cumpleaños especial en el sur, en el que brindamos en tirantes en pleno noviembre. Maravilla o contradicción.
La idea era recoger el guante de un reto, y contar que tras un jersey de un color imposible y excéntrico, puede haber un tipo común. Y tirar de ese hilo.
Pero esta vez no he sabido darle ritmo. Y no pasa nada. Todo el mundo tiene derecho a tener un día de esos en que la mente parece un desierto americano en el que ruedan las bolas de hierbajos, sopla el viento y nada más.
Así que hoy, quédate solo con esa idea: días yermos e improductivos tenemos todos. TO-DOS.
Y que no pasa nada, mientras no se convierta en costumbre.
Y también que la perseverancia es un valor bueno, buenísimo. En la comunicación de tu proyecto y en la vida.
Si a veces, esta te falla, no te machaques. Let it be. O también puedes llamarme o escribirme y te echo un cable con eso de comunicar.
Pasa por aquí, que estaré encantada de ayudarte.
P.S. Y pensarás: ¿si esta tiene días yermos, cómo me va a ayudar? Pues porque suelen durarme poquito. Me lamo un poquito la herida y tiro p’alante.
P.S.2. Venga, que para compensar, voy a recomendarte un par de cositas que he hecho esta semana y que me parecen chulas:
Ir a ver en directo a Ivan Ferreiro. Entrañable y achuchable donde los haya.
Pasar un día en Girona. Ir en tren, llevar las bicis, dar un paseo por el centro y comer en el restaurante ‘El cul del món’. Planazo.
P.S. 3 Si crees que este mail no debería haber sido enviado, dímelo. A veces, agradezco la sinceridad.
Este mail tiene 503 palabras. Sí, me estoy dejando, lo sé. Volveremos a las 400.
30 minutos para escribirlas y 10 minutos para editar el mail. Unos cuantos más tratando de recordar la historia del tipo con el pullover amarillo.
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