Hace un par de noches soñé que estaba en Koh Samui y diseñaba webs. Ya ves.
Y me pasé la noche persiguiendo a una amiga, rogándole que, por favor, no se hiciera la web ella misma, que era un marrón y se iba a arrepentir.
Todo esto pasaba en Tailandia porque mi amiga está de vacaciones allí ahora.
Es una amiga que sirve pa’ tó.
Igual te monta una pérgola, que te pinta el piso, que te corta el pelo, que te hace un business plan, que se pone un tutorial de WordPress para poder hacerse su web... Muy apañada ella.
Que yo no digo que no sea capaz, pero así va de estresada por la vida.
––Delega, chica, delega.
Nuestra frase de cabecera.
Total, que ella ha dicho en varias ocasiones que se haría su propia web. Yo ya no sé cómo quitárselo de la cabeza.
Que no sé si tú, que estás leyendo esto, sabes de qué va ‘esto de hacer webs’, como diría mi madre. Y la complejidad que tiene.
Sí, sí, parece fácil. Y de hecho, si quieres hacerlo, puedes. Perfectamente. Pero, aunque tú creas que has creado la obra de arte del año, te digo yo que no te va a servir para nada. Pero para nada.
Tendrás presencia online, sí, pero una chusta de presencia.
Porque al diseñar y construir una web, hay que tener en cuenta un montón de factores. Muchos.
Y a no ser que te dediques a ello y sepas mucho de unas cuantas cosas, es imposible que la puedas hacer sola. Una buena web, quiero decir.
Te lo digo yo, que acabo de terminar la mía. Yo solo he hecho el contenido, el copy, que ya cuesta lo suyo (y más si es para una misma). Del resto se han encargado la diseñadora, la experta en WordPress, la que domina el SEO y la usabilidad, la que controla la programación y la accesibilidad… ¿Sigo?
Y ha sido un mini parto.
Aunque ahora puedo decir que tengo una web bien pensada, bien construida, bien accesible y bien diseñada. Y con un copy cojonudo, por supuesto.
A propósito… ¿Ya la has visto?
Para que tú, que me lees por aquí, me digas si te llega o no. Si te mola. O si te parece una mierda. Todo es bien recibido.
Y mira, es bastante ‘sencilla y minimalista’ como me dijeron el otro día, aunque puedo asegurarte que conseguir esa sencillez es harto complicado. Que se lo digan a Alba, que es quien la ha diseñado.
La misma persona me dijo:
––En tu caso el diseño no es importante, la clave es el contenido.
Pues mira, no estoy de acuerdo.
¿Quieres saber por qué?
Te lo cuento con detalle en esta entrada del blog.
Si tú ya tienes una web o estás pensando en hacer una nueva, creo que te interesa leerla. Es un meloncillo bastante interesante.
P.S. En cuanto a mi amiga M.: no te sepa mal lo que he escrito, yo te quiero mucho. Pero por favor…¡No te hagas tú la web!
P.S.2 Si necesitas copy para tu web, soy tu chica. Bueno, si nos entendemos, claro. En el enlace de arriba para más detalles.
P.S.3 Cómo son los sueños, ¿eh? Lo he juntado todo en uno: la envidia que me da mi amiga mandando fotos desde las playas tailandesas, lo mula que es para querer hacerlo todo ella, la necesidad que sé que tiene de tener una (buena) web propia y el trabajazo que me ha dado la mía.
Hala, ahí todo mezclado (que no agitado). Y toda la noche corriendo.
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