#75| Mastermind con vino. Si puede ser tinto, mejor.
Si hace unas semanas te contaba que me han metido en un grupo que se llama ‘Consumidores culturales’, ahora te cuento que hay un spin-off de este grupo en el que hemos organizado una movida muy guay.
En formato mastermind, que ahora está tan de moda.
Por si no sabes de qué va, te cuento rápidamente.
Es una reunión periódica de personas con objetivos e inquietudes parecidas, para compartir conocimientos y experiencia profesional y así ayudarse unas a otras a conseguir sus metas o mejorar sus resultados.
En algún sitio he leído que ‘Alcohólicos Anónimos’ podría ser algo así.
No sería exactamente lo mismo, aunque ya hemos decidido que para la próxima, habrá vino después de la reunión, que así las ideas se interiorizan mejor.
Bueno, pues hemos creado este mastermind, que aún está sin bautizar, con 5 mujeres cañeras. Muy cañeras.
Yo siempre he pedido personas más inteligentes que yo para poder escucharlas y aprender y, mira, creo que el Universo me ha escuchado.
Que todas ellas tengan un componente artístico, cultural e intelectual muy considerable, hace que me sienta realmente afortunada. Y que sean tan o más disfrutonas que yo, ya es ponerle el lacito.
Dios las cría y ellas se juntan. En este caso, creo que vamos a cumplir muchos objetivos, personales y profesionales. Y nos lo vamos a pasar pipa.
Quizás todo esto te importa un bledo, pero si estás aquí, seguro que te alegras de que yo esté feliz con este grupete.
En la última reunión, dándole vueltas a la manera de comunicar los proyectos, hubo más de un ‘clic’ que me hizo pensar.
Escuchaba a mis compis cómo se definían, cómo explicaban lo que hacían y cómo se expresaban, y veía un potencial brutal en todas ellas.
¿Cuál es el problema?
Que siempre queremos abarcar más de lo que realmente podemos y además, muchas veces queremos hacerlo todo a la vez y a lo grande, pensando que según lo expliquemos va a sonar más profesional. Más serio. Más riguroso.
Así que, lo primero: focus y planificación.
Ordenar lo que tienes, darle prioridades y establecer preferencias es muy revelador.
Y una vez esté ordenado, estrategia. Dónde estamos y a dónde queremos llegar. Y qué vamos a hacer para conseguirlo.
Al final, pero no por ello menos importante, ¿cómo vamos a comunicarlo? ¿Qué mensaje queremos transmitir? ¿Cómo explicamos lo que hacemos de forma distinta? ¿Por qué tienen que elegirnos a nosotras?
Ese es el quid. Qué contar. Cómo contarlo. Y cada cuánto.
Pero eh, primero y antes de nada, foco, orden y estrategia.
Todo esto es lo que también hago yo con mis clientes. Preparar una estrategia de contenidos requiere todo ese proceso.
Para saber qué mensaje vas a enviar al mundo, cómo vas a hacerlo y con qué objetivos.
Que yo escribo, sí. Pero antes, también pienso y planifico.
Porque si no, no hay manera.
Así que, si estás en el punto de decidir dónde vas a poner el foco, qué objetivos vas a marcarte y cómo se lo vas a contar a tutti, quizás pueda ayudarte.
Y luego ya escribimos lo que haya que escribir.
Para esa ayuda con tu estrategia de contenidos, por aquí.
P.S. Estas mujeres han soltado unas perlas muy valiosas que iremos poniendo en palabras hasta poder contar lo fantásticas que son. Que ellas ya lo saben, pero ¡ya verás cuando se entere el resto!
P.S.2: Seguiremos informando, que igual necesitas de sus servicios y no sabes que ellas pueden facilitarte la vida.
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