Mi hijo mayor me está dando quebraderos de cabeza.
Imagino que, como a todas las madres, me preocupa que mis hijos se desarrollen en todo su potencial, cada uno el suyo. Y que sean brillantes, lleguen muy lejos, se gradúen cum laude en lo que estudien y tengan el mejor trabajo del mundo.
Ya.
Lo que pasa es que esos deseos, los míos, seguramente no coinciden con los de estos dos chavales que llevan mi apellido.
Estos dos chavales tienen un coco bastante potente. Uno lo sabe y ya le está sacando partido. El otro, el de los quebraderos de cabeza, me da que aún no lo tiene claro.
Claro que los hijos no son ni hacen lo que nosotros quisiéramos. Ellos tienen su propia personalidad y su propia manera de hacer las cosas. Y su ritmo. El de mi hijo mayor es caribeño; del Caribe más profundo.
Hace años, cuando era muy chiquito, ya apuntaba maneras diferentes de hacer las cosas, y a mi me traía loca y descolocada (como a todas sus profes).
Entonces, alguien me recomendó ‘El Elemento’, el libro de Sir Ken Robinson.
Un libro que me impactó mucho.
En él, Sir Ken, habla sobre personajes ahora tan famosos como Richard Branson, Mick Jagger o Paul McCartney, que fueron desahuciados en sus colegios y tratados de ‘inútiles’ en su adolescencia.
Venga, chao.
Hasta que encontraron aquello que les encantaba hacer y se les daba (extraordinariamente) bien. Su ‘elemento’. O sea, el punto en el que el talento innato se une con la pasión personal y dónde cada persona hace aquello que realmente quiere hacer y es quien siempre ha querido ser.
Y entonces brillan.
La clave para encontrar ese punto, ese brillo, reside en hacer especialmente bien aquello que nos apasiona.
Max aún no tiene ese punto. Está experimentando, probando, buscando…
Pero estoy convencida de que, cuando lo encuentre, va a brillar. Y a deslumbrar hasta dejar ciego a más de uno. Empezando por mí.
No sé si ahora, con 21 o cuando tenga 60, chi lo sa.
A mí me ha llegado hace no mucho. Después de dar un montón de vueltas. Pero aquí estoy.
Y como me gusta tanto este elemento, me encantaría que todo el mundo pudiera encontrar el suyo.
Y una vez lo hayan encontrado, ayudarles a poder explicar cómo es ese elemento y cómo pueden ayudar al mundo.
Ese puede ser mi granito de arena. Mi contribución.
Yo te ayudo a explicar qué haces, cómo lo haces y, sobre todo, para qué lo haces.
Tu elemento. Poca broma.
P.S. Me he puesto profunda. Es que lo de los hijos es una cosa seria. Que viene sin manual y que te hace cuestionar constantemente si lo estás haciendo bien o no tan bien.
P.S.2 La frase del asunto de este mail me la dijeron esta semana, hablando de pasiones.
P.S.3 Si tú también tienes claro que quieres brillar, te echo una mano para que se lo cuentes al mundo. En el enlace de arriba.
P.S.4 Hoy te sugiero el libro de marras, El Elemento. Es muy potente para entender algunas cosas sobre los seres humanos que están a tu lado. Y también sobre ti.
-> Si has llegado aquí por casualidad y quieres recibir más mails como este…
-> Si te ha gustado este email, compártelo con alguien que quiera hablar sobre su elemento.
-> ¿Quieres decirme algo? Avanti…