Cuánto daño has hecho, Isra Bravo.
Y aunque lo has petado mucho, has reventado la caja de los truenos. //Este es mi envío nº122//
Citar a un poeta muy famoso en la web y escribir mal su nombre. (Los correctores existen y hay que usarlos)
Vender un curso de creación de contenidos con la frase: ‘Conviértete en el Cervantes del siglo XXI’. (¡Olé con los atrevimientos!)
Enviar mails con faltas de ortografía. (Errores graves, en serio)
Abusar de la autoridad que nadie te ha concedido para aleccionar a los demás. (Autoestima muy peligrosa).
Pasarse con el canallismo, las palabrotas y el ir de sobrado por la vida. (No puedo con los sobrados. No puedo)
Decir que transformas líderes en personas extraordinarias. (Como si no pudieran serlo de antes)
Llamar mediocres y cobardes a los que no se atreven a hacer las cosas de otro modo. (Nadie nace enseñado y la educación y el respeto son básicos)
Vender humo. (Un humo que cada vez es más negro y huele mal)
Puedo seguir. Durante unas cuantas líneas.
Aunque estas situaciones que he escrito arriba son suficientes para ver que el tema se nos está yendo de las manos.
¿A qué me refiero? ¿Y por qué mi acusación en el asunto, al copy más famoso de este país? (Que por cierto, se ha mudado a Andorra, porque quiere que su hija crezca cerca de la naturaleza. Claroquesiguapi)
Pues te cuento que estoy hasta el mismísimo (puedes acabar la frase con el sustantivo que más te encaje) de ver vendedores de humo con distintos trajes (o disfraces), subiéndose a la parra, copiando material que ya existe y vendiéndolo como propio, enarbolándose como superexpertos en creación de contenidos, copy, automatización, soluciones de email marketing y un largo etcétera.
Estoy harta de ver a gente vender y prometer facturar seis (o diez, o doce) cifras en cero coma, conseguir miles de seguidores en menos de cero y decirte lo que tienes que hacer (advierten que, aunque seas un mindundi, ellos son los dioses con superpoderes que te van a solucionar la vida).
Me has oído muchas veces quejarme de que las publicaciones de LinkedIn suelen ser planas, aburridas y que hacen apología del bienquedismo.
He estado semanas observando en esta plataforma y viendo que estaban pasando cosas.
Y ha aparecido una cantidad ingente de personas que se han lanzado a publicar (diariamente, muchas) contenido supuestamente de valor (y de calidad cuestionable, añado).
¿Qué le ha pasado a la gente?
Por un lado, me parece genial que nos lancemos a publicar, a ofrecer buen contenido y a compartirlo, pero… ¿Vale todo?
¿No te da la sensación de que llevas años currando y trabajando duramente, esforzándote, buscando clientes, picando piedra, y ahora, de repente, muchas personas te dicen que todo es fácil, rápido y con resultados espectaculares?
Parece que si no tienes un mínimo de n seguidores y facturas otro mínimo de n al mes, eres una caca. Una looser.
Si tú que estás leyendo ya tienes esos mínimos, mi más sincera enhorabuena. Seguro que has trabajado duro.
Por lo que se refiere al copywriting y a crear contenidos, el Sr. Bravo tiene un séquito de adeptos y alumnos que se atreven a llamarse copies, aunque no sepan escribir y a ir repartiendo leña y broncas, porque tú, sí tú, simple mortal, no lo estás haciendo bien y por eso no lo petas.
Ay, mira. Es que me cansa tanta soberbia.
Y mira que yo, apoyo el ser diferente y desmarcarte, pero no a cualquier precio y de cualquier manera.
El tío, Isra, lo ha petado, sí. Y aunque no comulgo con todas sus enseñanzas ni las formas en las que lo hace, le he seguido desde que empezó y he hecho todos sus cursos. Porque lo hace bien y porque me caía bien (ahora ya tiene un punto de mesías salvador que no me gusta tanto).
Bueno, en fin. Que no quiero enfadarme más.
Prefiero estar cómoda y tranquila conmigo misma, por encima de todo lo demás. Priorizo hacer lo que me gusta y cómo me gusta, por encima de likes, visualizaciones y personas que me siguen.
Lo que no significa que me quede en la dichosa zona de confort ni mierdas de estas (otra expresión que se ha desvirtuado de tanto usarla). Ser freelance no es cómodo ni seguro, aunque, a estas alturas, a mí me da tranquilidad saber que estoy haciendo lo que quiero y cómo yo quiero hacerlo. Formándome, aprendiendo cada día y haciendo caso de los que sí saben.
Aunque no me forre con esto. (Si algún día me forro de verdad, ten pon seguro que no iré dando lecciones de cómo hacerte millonario, estaré tumbada en alguna playa idílica del planeta, hinchándome a margaritas).
¿Tú qué opinas? ¿Has notado esta nueva corriente de gurús del marketing y los contenidos digitales que saben mucho de todo?
Bueno, si quieres compartir, estaré encantada de escucharte.
Un abrazo,
Mònica.
P.S. Hoy no te voy a vender nada. Bueno, sí. Sencillez, honestidad y trabajo constante. Que es lo que hago todos los días para conseguir que esto funcione.
P.S. 2 Vi un post en LinkedIn que hablaba sobre esto. No sobre Isra Bravo. Si no sobre los gurús salvadores que no tienen vergüenza. Es este.
P.S. 3 ¿Será que me estoy infoxicando de nuevo? Puñetero dilema que tengo con las redes sociales.
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Totalmente de acuerdo con este post:
✤ Cansada de soberbios y malotes diciendo palabrotas
✤ Cansada de leer cada día las mismas cosas en LinkedIn
✤ Cansada de tantos mensajes engañabobos
Se habla mucho de marca personal y autenticidad pero después, a la gente le da miedo ser ella misma y eligen copiar a otros, que muchas veces mienten más que hablan.
Sí hay miles intentándolo, cuál es peligro?