🖊️+🎙️ #121| Yo puedo ser tu negra, mi amol.
Tienes el audio al principio, por si te gusta más escuchar que leer.
Escribir para otros es un reto.
Si ya lo es hacerlo para una misma, imagínate para los demás.
Verás, hace unos años, una persona que ahora es muy mediática, me contó que había escrito su primer libro (a día de hoy lleva ya unos cuantos).
—Pero no lo he escrito yo. He contratado a un negro, me dijo.
En aquel momento, me pareció, cuando menos, escandaloso.
—¿Qué mérito tiene eso? Así cualquiera puede escribir un libro. Jolín.
De eso ya hace años. No sabía yo entonces que ser un negro era una profesión. Y que yo acabaría dedicándome a lo mismo.
Ser una negra.
Aunque leído así, parece un término despectivo e irrespetuoso.
Pero así se denominan a las personas que escriben para terceros.
Y no solo cuando se trata de escribir libros. Va de escribir cualquier cosa que no sea tuya, sino que tenga que ver con la otra persona, con su vida, sus sentimientos, sus valores, su negocio.
Queda mejor decir ghostwriter, los anglosajones son más polites para esto (y para algunas otras cosas). El ghostwriting sirve para describir un texto escrito por una persona pero publicado bajo el nombre de otra. La persona que escribe no recibe el reconocimiento público por el trabajo y su nombre no aparece en el producto final, aunque es la verdadera artífice de muchas historias que cautivan a las personas que las leen.
Si tienes mucho ego, seguramente no sería tu profesión ideal. Pero si te gusta escribir y ponerte en la piel de los demás, las oportunidades (y ahora sobre todo en el mundo digital) son muy amplias.
Hay que formarse, ¿eh? No estoy diciendo que lo pueda hacer cualquiera.
Un dato curioso: la Asociación Profesional de Ghostwriters informa que el pago promedio por proyecto para un escritor fantasma es de entre $15.000 y $75.000, y algunos experimentados ghostwriters llegan a cobrar más de $100.000. Y hacen varios proyectos al año.
Esto es en dólares y son americanos, lo que significa que aquí estamos a años luz de alcanzar estas cifras. Pero bueno, todo se andará.
Es un tema que da para escribir un texto de más de 1000 palabras, aunque no voy a extenderme tanto. San Google te puede contar todos los detalles que necesites saber.
Lo que sí te cuento, es que últimamente están saliendo negros o escritores fantasmas debajo de cada piedra. Igual que los copywriters. ¿Será una plaga? ¿O es que está de moda?
No sé, pero parece que ahora todo el mundo puede escribir para otros. A ver, poder, se puede, pero no es tan fácil como lo pintan algunos.
Ponerse en el papel de la otra persona, pensar como ella, usar su tono y su voz, su manera de expresarse y hacer que el resultado sea auténtico y coherente, no es tarea fácil.
A mí me gusta hacerlo. Y suelo obtener buenos resultados cuando trabajo codo a codo con la otra persona, tengo feeling, entiendo su producto o su servicio y la honestidad y la sinceridad son la base de nuestra colaboración.
De momento no he escrito ningún libro como negra. Pero sí he escrito entradas para blogs, textos para webs, correos electrónicos, discursos, guiones y contenidos varios para todo tipo de proyectos.
¿Tú tienes cosas que contar? Seguro que sí. Aunque a lo mejor no tienes tiempo, ganas o conocimientos suficientes para hacerlo tú mismo.
Pues mira, yo puedo ser tu negra. Mi amol.
Pasa por aquí y te cuento cómo.
P.S. A veces, me siento muy impostora si me comparo con “grandes fantasmas”. Aunque el mercado es enorme y hay espacio para todos. Yo tengo mi cachito.
P.S. 2 El hecho de ser ‘fantasma’ impide que puedas mostrar la mayoría de tus trabajos. La confianza y las recomendaciones son aspectos clave para contratar a tu negra.
P.S. 3 Estaba pensando en grabar el audio de hoy con acento cubano, pero me ha dado una vergüenza terrible. Aún me estoy descojonando. Menos mal que no alimento a mi ego, ya tú sabeh.
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Aquí otra negra, jajaja. Llevo diez años escribiendo para otros y ganándome la vida con ello y más de una vez, cuando me han preguntado a qué me dedico, he respondido «soy negra» con cierta guasa. Hace unos meses descubrí lo de «ghostwriter» y sí, definitivamente suena mejor y, además, decir «escritora fantasma» queda muy bien con mi faceta de escritora de terror.
En efecto, no es tan fácil escribir para otros y que salga bien. Yo he escrito post de blogs, correos electrónicos, páginas web enteras, publicaciones en redes sociales y hasta mensajes de WhatsApp y Telegram. Lleva mucho trabajo conseguir que nadie note que lo ha escrito otra persona distinta de la que forma.