🖊️+🎙️ # 120| Otra de uramaki de anguila, que tengo muchas historias que contar.
Tienes el audio al principio, por si te gusta más escuchar que leer.
Nos conocimos cuando el crecimiento de los negocios en dos dígitos era algo común.
En un programa de crecimiento empresarial. 15 personas. Cada una de un padre y de una madre. Cada una con su proyecto, con su empresa, con sus movidas.
Ayer cenamos para celebrar que hace 15 años que compartimos. Compartimos mesa, básicamente. Porque en 15 años yo he perdido la cuenta de la cantidad de restaurantes a los que hemos ido y de las botellas de vino que nos hemos bebido.
Ayer pensamos en hacer una lista de todos ellos, los restaurantes. Si tenemos que contar las botellas, no quiero ni pensarlo.
Nuestro maestro de ceremonias, dijo que podría acordarse del 90% de ellos. Eso es mucho, créeme. Ahora nos vemos dos o tres veces al año, pero los primeros años nos reuníamos cada mes. Ofú.
Muchos de estos restaurantes han cerrado. Qué pena. También han cerrado algunas de las empresas que teníamos cuando nos conocimos. La mía, por ejemplo.
Lo chulo es que, cuando nos sentamos a compartir mesa, también compartimos historias. Muchas. Porque entre todos los de este grupito de empresarios, podríamos escribir varios libros sobre lo que hemos comprado, vendido, financiado, negociado, ganado, perdido, comido, bebido, reído y llorado.
Nos une, además de una buena amistad, haber compartido travesías en el desierto. Algunas largas y dolorosas. Momentos difíciles, también a nivel personal. Eso es lo que tiene la vida.
A estas alturas de la película, muchos de nosotros nos hemos reinventado. Ninguno de los negocios que teníamos hace 15 años sigue como al principio. Unos han cerrado, otros han crecido, otros se han transformado, todos han evolucionado.
Y si echamos la vista atrás y recordamos todo lo que nos ha pasado por el camino, podemos decir eso de: ¡Buah, menudo viajazo!
Hoy te cuento esta historia porque, probablemente lo que soy ahora, es resultado de muchas cosas que me han pasado en estos 15 años junto a este grupete tan ecléctico.
He vendido taladros, brocas del 5, tomates ecológicos, kamut, espelta y quinoa, salud, servicios digitales, asesoramiento y desde hace un tiempo, palabras.
Toda esta buena gente me han dado contenido. Contenido para llenar unos cuantos años de mi vida y contenido para llenar folios y folios, de los de papel y de los digitales.
Así que este es mi pequeño homenaje a la gente del ‘Créixer’.
Quién nos iba a decir, hace 15 años, cuando escuchábamos a súper Marian hablar de crecimiento estratosférico y desayunábamos en La Farga, que ayer cenaríamos de narices y brindaríamos por nosotros, por la vida y por todas las experiencias que atesoramos juntos.
Sirva esta historia para recordarte que tú también tienes muchas historias que contar. Da igual los años que tenga tu empresa o tu proyecto. Las tienes, de todos los colores.
¿Por qué no empiezas a recopilar esas historias? Ahí te lo dejo, por si te apetece probar.
Y si quieres, hablamos de cómo darles recorrido y usarlas para comunicarte con tus clientes.
Aquí te cuento otra historieta. De cuando yo era un ángel de Charlie.
Un abrazo,
Mònica
P.S. Mi propuesta es recopilar tooooodos los restaurantes en los que hemos cenado y, con ayuda de nuestra memoria colectiva, asociar cada uno a una historia o una anécdota. Juntarlas todas, ponerlas bonitas y montar otro sarao para celebrarlo. Pep, fem-ho?
P.S. 2 Cenamos en Boraz. Era mi primera vez y me encantó. Fusión, innovación, placer. Nos trataron de maravilla y repetimos de Uramakis tempurizados de queso y foie con anguila caramelizada. Jooorrr! Y un tinto de Arínzano del que cayeron varias botellas.
P.S. 3 Empresaris… se us estima des d’on faci falta.
-> Si has llegado aquí por casualidad y quieres recibir más mails como este…
-> ‘Compartir es vivir’, así que, si te ha gustado este email, compártelo con alguien a quien creas que le va a gustar.
-> ¿Quieres contarme algo? Avanti…