🖊️+🎙️ #104| Háblame antes o no pasamos a mayores.
Si ahora mismo no puedes leer esta newsletter y prefieres escucharla mientras haces cosas, tienes el audio al final.
¿Has estado alguna vez en Tinder?
Igual es una pregunta incómoda…
A mí no me da vergüenza decir que sí. Y además, fue toda una experiencia.
Muy recomendable si estás soltera y quieres divertirte. O si te lo planteas como un estudio sociológico. Da mucha información sobre los humanos, aprendes a relacionarte desde muchos prismas distintos y además, proporciona un montón de vidilla para contar cosas.
Bueno, pues existía (ahora ya no sé, hace años que no estoy en el mood) una especie de protocolo no escrito con varias consignas que se usaban antes de tener una cita con alguien.
Una de ellas, era escuchar su voz.
Bien en una conversación telefónica, bien a través de audios.
(Creo que ahora incluso te puedes mandar vídeos a través de la app).
La voz era bastante determinante.
Una vez, una de mis citas me dijo que él siempre quería escuchar antes la voz de la persona con la que iba a quedar porque había tenido algunos chascos. Que le gustase mucho alguien, que le gustasen sus fotos, su conversación del chat, su manera de pensar… Y luego, cuando abría la boca, se desinflaba todo el soufflée.
Y eso le daba una bajona tremenda.
Así que yo también empecé a aplicar ‘esa norma’.
Y me llevé algún chasco, sí. Voces imposibles que hicieron que la cita no tuviera lugar. Ni para un café.
También recuerdo una de mis amigas, que empezó a chatear con un tipo que parecía guay, y cuando él empezó a mandarle audios, a ella se le cayeron el alma y la líbido a los pies.
––Hola Maríaaa, shoy tu novioooo (añádase voz gangosa y con un tono imposible)
(Si me lee, sabrá de quién hablo y probablemente se descojonará igual que yo mientras escribo esto).
Escuchar la voz de la persona con la que vas a quedar, te hace tener una idea del rollo que tiene, de si te va a gustar o no (luego influyen mil factores más, por supuesto), si su voz es amable, grave, pausada, cadenciosa… O es aguda, chirriante, estridente y estresada. Si se come palabras, si pronuncia bien, si grita o habla bajito…
En fin, que es una característica a tener muy en cuenta antes de quedar con alguien con quien puedes pasar a mayores (cada uno que interprete sus mayores).
Lo mismo que escuchar la voz de quien te ofrece un servicio antes de contratarle, da mucha confianza si sabes qué tono (y qué rollo) tiene.
Por eso decidí probar la movida de grabar en audio el mismo texto que escribo en el mail.
Si ya me conoces y me has oído hablar, no le darás más importancia.
Aunque si no nos hemos visto ni hablado nunca, escucharme podrá darte una idea del tono, el timbre, el volumen o la entonación de mi voz, de mi manera de comunicar, de mi talante, o incluso, de si soy una persona alegre y positiva o, por el contrario, una ceniza a la que nunca contratarías.
Ale, ya sabes el motivo de mis notas de voz.
Aquí tienes la de esta semana.
Si te ha gustado mi voz y esto hace que aumente tu confianza para contratarme, contéstame a este mail y nos llamamos, y así nos escuchamos las voces.
P.S. Hay quien está en Tinder para encontrar pareja. No era mi caso, pero sí el de una de mis mejores amigas, que conoció al que ahora es su marido en esta app. Y este marido me presentó al que ahora es mi pareja. Así que, al final, yo también encontré a mi chico gracias a Tinder. Ambos tienen voces bonitas.
P.S. 2 Hablando de voces… ¿No te pasa que, a veces, escuchas un pódcast solo porque te gusta la voz de la persona que habla? O al revés, ¿no puedes soportar su voz y por muy interesante que sea lo que cuenta, no eres capaz de escucharle?
Este mail tiene 657 palabras, que he tardado 40 minutos en escribir y 12 en editar. Tú tardas 5 minutos en leerlo y algo más de 3 en escucharlo.
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